La Llama Eterna: Relato XXIV –Cavalleria Rusticana-
Texto extraído del programa de RNE: "Sinfonía de la Mañana", por Martín Llade. Estaba harto de ser el tipo que había escrito “ Cavalleria Rusticana ”. Odiaba a la histérica de Santuzza, que no era más que una palurda ruin. Odiaba la prepotencia de Alfio, y los cascabeles de su caballo; a los recolectores de naranjas, y su empalagosa alegría; y sobre todo, detestaba a Turiddu, al cual, él mismo hubiese cosido a navajazos, de haber tenido ocasión. Porque, a esas alturas, él ya no era Pietro Mascagni, si no Cavallería Rusticana: un arranque de entusiasmo juvenil, que empezaba ya a pesarle a sus treinta y ocho años de edad; ya habían pasado once, desde que, excitado por el reclamo de un concurso, se lanzara a escribir a marchas forzadas, aquella operita de un acto, que pudo entregar cuando ya estaba cerrándose la ventanilla de admisiones. Para su sorpresa, salió elegido entre setenta y tres aspirantes; y la noche del estreno, en el teatro Constanzi, se sintió no