Alba y Celia
A pesar del numeroso grupo de curiosos que seguían la operación, y de la gran expectación, o seguramente por esa misma razón, el aula acristalada anexa al quirófano de la Facultad, estaba en completo silencio. Dentro sólo se escuchaba el fuelle automático que asistía la respiración de la parturienta. La excesiva concentración de los doctores no se debía a que hubieran aparecido complicaciones, en realidad todo parecía ir bien; sin embargo, esta vez nada podía dejarse a los caprichos del azar, por eso, excepcionalmente, se le iba a negar a la Vida el prodigio de un alumbramiento natural; en definitiva, iba a ser un final planificado para una gestación en la que la tecnología médica había intervenido y tenido que emplearse a fondo desde el primer momento para asegurarse de que el embarazo llegara a buen término. Según lo previsto, Alba nació por cesárea instantes después de las 10 de la mañana del día 30 de julio de 2003. En cuanto le cortaro...