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Mostrando las entradas etiquetadas como Cuento

Serrucho, el chucho que roncaba mucho.

 Si alguien está interesado, escribiré este cuento.

El Loro Peloro y los Globos de Oro

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Floki. El perrito blanco de la cuerda negra, en video

 

El caracol Pepón y la tortuga Sussy, en video

 

El caracol Pepón y la tortuga Sussy

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El loro Peloro y los globos de oro

Al loro Peloro siempre le gustaron los globos. En la casa donde vivía había una niña que se llamaba Valentina que compartía su misma afición: también le gustaban mucho los globos. Había tenido hasta cuatro que se los habían regalado sus abuelos. Uno verde que explotó sin saber por qué, y otros dos de color rojo, que un día de mucho viento salieron volando hacía Balloonia, el país de los globos; así que sólo le quedaba uno de color verde. Mientras Peloro fue jovencito, y aún no sabía volar, jugaba con Valentina a que ésta le pasaba el globo, y él, dándole un empujoncito con su cabeza aún cubierta de suaves plumitas de algodón, se lo devolvía. Así acabaron jugando a algo parecido al baloncesto, metiendo a empujones el globo dentro de la cesta donde mamá guardaba la ropa para lavarla. La niña, que era más grande que Peloro, empujaba la pelota rápida, y con gran destreza encestaba antes, por eso le ganaba siempre, y Peloro se enfadaba un poco; pero enseguida se le pasaba porque era muy bue

El gusano Pin

U na vez existió un país llamado Moréria, donde vivían dos hadas: Luz, un hada buena, y Rufa, un hada malvada. Todo iba bien en Moréria, porque el hada Luz, se encargaba de que Rufa no hiciera nada que estropeara demasiado la tranquilidad de sus habitantes. Para ello, se valía de su Magia más poderosa. Un día, que la niebla inundó la campiña; mientras Luz dormía, Rufa aprovechó para robarle el cofre donde guardaba su Magia. Cuando levantó la niebla, Luz despertó y se asustó mucho al comprobar que le habían robado. Enseguida sospechó de Rufa, así que fue a verla. Ésta, que no negó su mala acción, le dijo con prepotencia: ¾   Te devolveré tu magia si me traes el vestido más precioso que jamás se haya visto en Moréria. Y si no lo tengo antes de la próxima Luna Nueva, te convertiré a ti, y a todos tus amigos, en piedras grises para siempre. Incapaz de hacerle frente, Luz volvió desesperada al bosque donde vivía. Al encontrarse a sus amigos, rompió a llorar. Al verla t