Desde el convencimiento de que el Bien y el Mal siempre han trabajado para el mismo Patrón , aquí os digo que os dejéis conducir por vuestros Derechos Humanos, y que éstos, en lugar de fundarlos en la Moral, la Religión, o en la Justicia, sean el resultado de vuestras Necesidades, del Deseo, e incluso del Instinto, por muy básico que sea. Es decir: cuando deseéis o necesitéis algo, sentíos con derecho a hacerlo vuestro, arrebatándolo, tomándolo, comprándolo, o negociá ndolo. Ahora bien, si del ejercicio de vuestro Derecho (Necesidad, Deseo, o Instinto) se deriva perjuicio a otros (incluida la Naturaleza), o así lo interpreta el Tercero, no os quepa la menor duda de que, tanto él, como vosotros, a veces incluso el propio jurado, seréis juzgados por ello; y, llegado el caso, castigado(s) según corresponda ; y para eso no hacen falta más Leyes que el Sentido Común, limpiado, fijado, y resplandecido por la Academia Constitucional; así como custodiado y ...