La Llama Eterna: Relato XI –La Inspiración-
Una estrella se apagaba lenta, pero inexorablemente, sabía que apenas le quedaban un par de semanas de vida, y la imaginación, lo único que aún le funcionaba, medianamente, le hizo imaginar los titulares al día siguiente a su muerte: “ADIOS A UNA LEYENDA. LA GRAN ESTRELLA DE LA CANCIÓN ISRAELÍ, FALLECE A LOS 74 AÑOS” Y sin embargo, Naomi Shemer sabía que había aún cuentas pendientes que saldar, antes de encontrarse con aquél cuyo nombre no puede escribirse con todas las letras. Pero ya no contaba con las fuerzas necesarias, pidió por tanto a su nuera que redactase por ella una última carta a Gil Aldema. Tenía que ser a él porque fue el primero en sugerirle, casi cuarenta años antes, que escribiese una canción para Jerusalén, para el festival que se celebraba en la Ciudad Santa. Al principio a ella no se le ocurría nada y ha punto estuvo de telefonear a Aldema, declinando la invitación. Pero una noche, una melodía se despertó en su cabeza, como un sueño de lactante,