VAGABUNDO: - Rotonda desde el aire- CAPÍTULO XI Y ÚLTIMO.
Desde la ventanilla del avión, Rotonda, azotada por el frío y cubierta de nieve, parece una cebolla partida por la mitad, con sus múltiples capas blancas y jugosas, y su corazón ligeramente verdoso, en cuyo centro ya apenas se adivina el minúsculo Agujero Negro que acabará por devorarla completamente. Las cebollas partidas siempre me han hecho llorar. Lloro, pero mis lágrimas ya no riegan la tierra exhausta de Rotonda; no lo harán nunca más; ahora vuelan hacia el campo lejano donde un día brotara la semilla de la Humanidad. Dejo Rotonda. Oiré los cantos de sus sirenas en sueños y despierto, pero no volveré a verla jamás, como no volvieron las oscuras golondrinas en cuanto se aprendieron nuestros nombres verdaderos: - ¿Armonía? No, Amenaza. - ¿Sostenibilidad? No, Expoliación . - ¿Respeto? No, Invasión. - ¿Naturalidad? No, Artificio. Porque yo también me he aprendido nuestros nombres auténticos: - ¿Sabiduría? No, Fe. - ¿Cultura? No, Costumbre. - ¿Fraternidad? No, Ti