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La Llama Eterna: Relato XXXIX –El Chocolate "amargo" del Canónigo-

  Texto extraído integramente del programa de RNE: "Sinfonía de la Mañana", por Martín Llade.      El día que se presentó ante el Cabildo Catedralicio se quedaron sorprendidos. Hasta aquel instante algunos habían supuesto que era mudo, pues nunca le escucharon antes articular palabra alguna. El Canónigo Dussolier, lo recibió en su despacho, justo cuando estaba a punto de merendar un gran tazón de chocolate. Él nunca lo había probado pero, encontró el olor deliciosamente tentador, como una corriente de cálida sensualidad que penetrase por sus vías nasales, hasta lo más recóndito de su mente. En cambio, cuánto frío hacía siempre en el órgano de la Catedral. -¿Qué demonios quieres? –le espetó el Canónigo, mojando un bizcocho en el chocolate. Farfulló algo de irse a París, a imprimir no se qué. Por lo menos, eso es lo que Dussolier creyó entender; porque hablaba con los labios hacia dentro, como devorando las palabras a medida que las trataba de articular. Parecía un

ACEPCIONES. Capítulo 9 --El Enigma--

9 El Enigma. El Enigma es el Silencio profundo y oscuro, el promotor de los Deseos del Arquitecto, el incitador de su Curiosidad, su Némesis. 9.1 El Silencio. Es la Música (8.1) en Reposo (). 9.2 La Curiosidad. Es la única debilidad del Arquitecto (-1) (10), su Caos (6.6). Gracias a la Curiosidad, el Arquitecto sigue construyendo. 9.2.1 La Creatividad. Es la satisfacción del Deseo de Curiosidad del Arquitecto y por ende de cualquier Ser; incluso los Seres Inanimados tienen Curiosidad por sentirse un Ser Animado. 9.2.1.1 La Genialidad. Es la expresión sublime de la Creatividad (9.2.1) en el Ser Animado (7.1) que da por resultado el Arte (8). 9.2.1.1.1 El Genio. Es el Ser Humano (7.1.5) agraciado por el Arquitecto con la Genialidad. 9.3 La Emoción. Es la invasión forzada a la Consciencia (2) del Ser (7) por la Satisfacción (9.3.1) cumplida del Deseo Supremo del Arquitecto [La Música (8.1)]. 9.3.1 La Satisfacción. Es la Capacidad () para percibir y disfrutar

La Llama Eterna: Relato XXXVIII –¡¡Qué historia!! -

   Texto extraído íntegramente del programa de RNE: "Sinfonía de la Mañana", por Martín Llade.      Mojó la pluma en tinta, y los labios en vino francés. Estaba sólo, como nunca lo había estado antes. Él, al que las multitudes aclamaban cuando su carruaje penetraba en las murallas de las grandes capitales europeas; al que Príncipes y Reyes se llegaron a disputar, lo mismo que a la más preciada pieza de caza, o el más famoso de los cocineros. Sólo y desconcertado, en aquel cuchitril de París. Decían que la capital francesa era la ciudad de los sueños, y que después de visitarla, uno podía morirse ya en paz; pero, en modo alguno, hubieran podido esperar que sucediera, especialmente cuando quedaban tantas cosas por hacer; tantos conciertos, obras que presentar a los impresores más prestigiosos, encargos que recibir de los más destacados visitantes de Versalles. Y ahora, todas sus esperanzas se habían evaporado con la misma evanescencia que una tenue llama ante un soplid

La Llama Eterna: Relato XXXVII – Este Tipo está para que lo encierren -

Texto extraído íntegramente del programa de RNE: "Sinfonía de la Mañana", por Martín Llade.          En alemán, la palabra “leiden” significa sufrimiento; pero es también el nombre de la ciudad holandesa, en la que el eminente Doctor se hallaba de vacaciones. Por ese motivo, le fastidiaba que aquel histérico Director de Orquesta le enviara un telegrama urgente, pidiendo una sesión con él. - <<Estoy desesperado>> –suplicaba. Aceptó entonces una cita, pero debían ajustar horarios. Podían verse, apenas tres horas, el veintiséis de agosto; a fin de que el Músico no tuviera que renunciar a sus compromisos. Fue a recogerlo a la estación de tren, y le propuso que dieran una vuelta a pie por la parte antigua de la ciudad. Visto de cerca, lejos del oropel del podio de Director, el Músico destacaba por una tez rojiza, que le daba un aspecto de extrema delicadeza; como de vasija antigua recién desenterrada a punto de romperse el primer rayo de sol. - Us

La Llama Eterna: Relato XXXVI –Sucedió en Ypres-

Texto extraído del programa de RNE: "Sinfonía de la Mañana", por Martín Llade.        Sucedió en Ypres, aunque podía haber ocurrido en cualquier otro lugar del Mundo; porque el Mundo estaba en guerra, y no había lugar suficiente sobre su faz, para dar cabida a tanto odio. Cavaron trincheras de cinco, diez, hasta quince metros de profundidad; y, ni aun así, lograron almacenar toda aquella cólera que les bullía en los pechos. Y, aunque inventaron ametralladoras que cortaban el sonido en dos, con la misma facilidad que el lino unas tijeras de costurita; y crearon gases capaces de matarlo todo; no pudieron asfixiar el odio. Su boca negra que, a cada macabra sonrisa, mostraba dos hileras de proyectiles humeantes, era capaz de inhalarlo todo, y sin necesidad de máscaras anti-gas; como un espantapájaros negro, a cuyo paso la tierra quedase en carne viva, el Odio avanzaba por los campos de Europa cosechando lágrimas. No se vio nunca una vendimia tan amarga; su sabor perdurar

La Llama Eterna: Relato XXXV – El Músico Maldito -

    Texto extraído íntegramente del programa de RNE: "Sinfonía de la Mañana", por Martín Llade.     La luz de la tarde, turbia como el aliento de un moribundo, penetraba por aquellas heridas de la pared, que malamente hubieran podido ser llamadas ventanas. Todo el edificio estaba diseñado para que nada pudiera entrar ni salir de él: ni la Esperanza, ni el Olvido, ni el Tiempo, ni las botellas de vodka. Modest Petrovich, le preguntó a quien, en medio de las brumas de su agonía, pudo aún distinguir como un amigo, si no había traído una para él. Ilyá Yefímovich le sonrió, y en su lugar le mostró los frasquitos de color con los que pensaba pintar su retrato. Modest Petrovich, sonrió entonces; debía de llevar semanas sin hacerlo, y su rostro se cuarteó como lodo al sol, de tal manera que el pintor temió que se le cayera a pedazos de un instante a otro. Pero el enfermo tuvo el temple de coger uno de los frasquitos y hacer ademán de bebérselo. Ilyá comenzó a preparar su paleta,

La Llama Eterna: Relato XXXIV –El "Pecadito" del Cisne de Pesaro-

Texto extraído del programa de RNE: "Sinfonía de la Mañana", por Martín Llade.      Llevaba años admirándole; su música le había parecido la expresión suma de la vitalidad, del ingenio natural, y la osadía. En definitiva la más sublime explosión de sentido del humor, ternura, y sensibilidad; jamás concentrada en una sola obra. Es verdad que había habido un Mozart, y antes que éste un Gluck, y antes unos cuantos más; pero, para Stendhal, Rossini era la culminación de todo aquél proceso; el “eslabón dorado” que enlazaría con quién sabe qué otra época gloriosa. Por eso, y sin ser músico, había escrito desde el entusiasmo, lo que podía considerarse uno de los más fervientes testimonios de idolatría, jamás dedicados a un artista vivo. Y ahora tenía frente a sí a ese artista. Y la verdad, ni remotamente se aproximaban sus sensaciones, a las que siempre imaginase que despertaría dicho encuentro. Él se había visto con convulsiones en el suelo, preso de un delirio irreprimible; p