La Llama Eterna: Relato XXXI –El Rey Beluga-
Texto extraído del programa de RNE: "Sinfonía de la Mañana", por Martín Llade. Él era grande en todos los sentidos; un tenor de leyenda, aún con los pies sobre la tierra; y una imponente presencia que llenaba, tanto física, como espiritualmente, todos los lugares por los que se dejaba caer. En suma, el Mundo tenía codicia de él; pero su Agente, ni siquiera se había molestado jamás en invitarle a comer a su apartamento. - Eres un avaro Herbert –le decía–. ¿Qué te he hecho yo, para que nunca te hayas dignado recibirme en tu casa? Su Agente, repuso que nunca se lo había pedido hasta la fecha y que consideraba su hogar demasiado modesto para recibirle. Eso sí, podría invitarle a comer cuando quisiera en el mejor restaurante del Mundo. - No, no –dijo el Tenor–; que al final eso acaba pagándolo la discográfica. ¿Estarás el domingo en casa? El otro tuvo que reconocer que sí. - Esto es lo que haremos –dijo el Tenor–; estaré allí a las ocho, y me prepararás