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'El castigo de Lonchinos' Capítulo I: Tumaini

 por Phineas Theron Ni el polvo rojo, ni las piedrecitas metidas en sus chancletas de goma amarilla, molestaban ya a Tumaini; pues, en sus quince años de vida apenas había dejado de sentirlas jugueteando traviesas e insidiosas entre los dedos y bajo las plantas de sus pies. Estaba tan acostumbrada a ellas como a recorrer cada día dos veces los cinco kilómetros que separaban su infravivienda en Malinde del colegio Jerome Umwarimu de Butembo, República Democrática del Congo. El camino desde su aldea al colegio estaba salpicado de emociones fuertes; la más intensa de todas no eran los “niños soldado” del LRA haciéndole gestos obscenos con movimientos rítmicos de sus kalashnikov, tampoco le impresionaban los gritos desgarradores provenientes de la jungla, no siempre de animales; ni siquiera sortear el cadáver mutilado de un joven recién aniquilado cuya sangre reforzaba de color la larga cicatriz de polvo rojo que, como en la bandera de su país, desgarra en dos la selva verde y ex

Carrera por la libertad

Zaragoza, septiembre de 2020: dos menores “no acompañados”: Anás, sirio, quince años; Idrissa, senegalés, dieciséis; que cumplen sus condenas en sendos reformatorios, han sido seleccionados y preparados intensivamente por sus correspondientes centros para que participen, en su representación, en el primer maratón "Por la Integración" que se celebrará el próximo 23 de abril, Día de Aragón.  Gracias a su interés y buen comportamiento, disponen de toda la confianza de sus tutores guardianes, por lo que, poco tiempo después de iniciar su entrenamiento, les permiten respectivamente salir a correr solos: a Anás por el "Parque del Agua"; a Idrissa, por el parque "Grande"; pero ellos irán ampliando aleatoriamente sus recorridos, adaptándolos a su necesidad de correr y correr incansablemente, por campo y ciudad.  La casualidad hace que un día sus erráticos recorridos coincidan. Enseguida se reconocen como los rivales que son; pero lo que en principio es d

Tumaini

Tumaini es una habitante del Cosmos, que, por el capricho indolente del azar, permanece atrapada por la gravedad del planeta Tierra.

Un sueño

Un sueño quita otro sueño, hasta parece  mentira  , y en mi sentido no cabe, que un sueño quite otro. Soñé que no me querías, y desde entonces no duermo. Paco Toronjo

BANDO REPUBLICANO

Respetados conciudadanos, inquilinos del Mundo, os transmito el último bando de Delfos, firmado por Apolo: Habida cuenta de los abusos que se venían observando, debidos a vuestro gusto por el "fuego griego" en todas sus variantes, cuyos humos están llevando a la diosa Gea al colapso respiratorio; a partir de ahora: - Sólo las diosas podrán volar a lomos de Pegaso. - Poseidón no dejará navegar otros pecios que los se dediquen a la adoración de las Oceánides, o rindan su tributo al Tritón. - No podréis degustar manjares remotos reservados al Olimpo, debiéndoos conformar con los buenos productos naturales que crecen a  vuestro alrededor, y que deberéis cultivar con vuestras manos. - Se acabaron los Erasmus, las cortesanas exóticas, y las vueltas al mundo en ochenta caprichos. - No se podrá  trabajar en Atenas, y dormir en Mikonos. - No más simposios, ágoras ni congresos presenciales; todo a través del Oráculo. - Fuera las vacaciones en la nefasta Roma, por cu

Un borracho tirado en las escaleras del Congreso

¡Qué injusticia! Flotar plácidamente en el espacio interior, para quedar varado en la pétrea realidad de la inconsciencia colectiva.

Relatividad Cuántica:

Tras el cristal de su realidad, viajando en el veloz tren de la Vida,  el pasajero estoico  observa inmóvil cómo el mundo que le rodea se disuelve en la bruma viscosa de sus pensamientos, y se reconstruye  ante sus ojos cada vez que su mirada regresa del universo interior de sus sueños.  La realidad consciente es que hay viajero, pero no hay viaje, sólo el cambio metafísico producido inconscientemente por el parpadeo del observador.  En verdad nada se mueve, es el transcurrir del tiempo creado por los instantes que marcan nuestras miradas, lo que nos produce esa sensación. Así, el principio y el final de la Vida, son el mismo lugar, aunque nadie lo ha observado para saberlo; es más, precisamente por eso.