La Llama Eterna: Relato XL – Genios y Figuras -
Texto extraído íntegramente del programa de RNE: "Sinfonía de la Mañana", por Martín Llade. A pesar de que no todos los días uno tenía el privilegio de ver a Mozart, el Joven no estaba nervioso; sus Valedores, en cambio, sí que mostraban cierta inquietud. Llevaban ya casi una hora aguardando en el lujoso salón de la enésima casa que “El de Salzburgo” había alquilado en Viena; esta vez en el barrio de Hasengrund. El Joven se levantó y examinó la estancia. Dominada por una imponente mesa de billar, sobre la cual había diseminadas algunas partituras manuscritas, no faltaban en ella los manuscritos más refinados, cristalería de Bohemia, y tabaqueras y otros objetos rematados en nácar. El Músico examinó la obra en la que Mozart estaba trabajando, era una sinfonía en Sol Menor; alguien le pidió que no tocase aquello, puesto que el Maestro era muy susceptible en lo referente a sus composiciones “sin terminar”; y dejó los folios, tal y como los encontrase, en la mesa. ...