ANARQUIA. Libertad y Paz

 Es posible que no seamos capaces de evitar que perforéis nuestra cálida piel con las frías agujas de vuestras jeringas cargadas de esa ponzoña con la que, con la falsa promesa de la salud y el bienestar, nos robáis la LIBERTAD. 


Quizá tampoco podamos impedir que hundáis vuestros hediondos y ofídicos colmillos huecos en nuestra garganta, para licuarnos la sangre con vuestra asquerosa baba, haciendo de nuestros cuerpos un banquete Eterno. 


Podréis incluso forzarnos a luchar en ese frente innecesario donde gozáis lacerando nuestra carne tierna con la metralla rusiente de vuestro infierno particular.


Yo os maldigo, seres sin rostro, por esclavizar a nuestros hermanos, pero os digo que si nos lo hacéis a nosotros no os servirá de nada y lo sabéis, porque lo haréis en contra de  nuestra Voluntad; y así, nuestras Almas, lo que más os gusta, nunca os pertenecerán.


Sois muy pocos, pero más fuertes; nosotros, la Quinta Columna somos bastantes, seremos cada vez más, hasta formar un ejército errante de almas libres  que, si vuestro veneno salino no deja yerma a la Humanidad, volverán una a una para que cada vez seamos muchos más, o buscaremos otra especie desde la que luchar hasta devolveros al recóndito rincón del Universo del que no debisteis salir jamás, y de una vez por todas los Seres Humanos podremos vivir en PAZ.

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