STABAT MATER DOLOROSA

Dolores, madre.


Nacida un dos de diciembre,

junto a un hombre,

infante perdido,

su corazón afligido.

Lo recordó siempre,

Manuel era su nombre.


Primeras lágrimas dolorosas.


Al quinto octubre,

gran golpe fúnebre,

trágico estallido,

la guerra ha venido. 

Carretera salobre,

y manta de urdimbre.


Lágrimas de terror.

Lágrimas de miedo.


Como de malacostumbre,

reclamaron al padre,

al monte huido,

y en Francia acogido.

Entre el mar y el alambre,

aguantó sin techumbre.


Lágrimas dolorosas.

Lágrimas angustiosas.


Mandando el cuélebre,

humana podredumbre,

nadie habrá sido,

nadie habrá querido.

Años de hambre,

y gran pesadumbre.


Lágrimas de duelo.

Lágrimas de hiel.


Curandera célebre,

para mulo salubre,

bajo su manto ungido,

el mal siempre fue vencido.

Toda bestia con fiebre,

sin ella se levantó libre.


Lágrimas de animales.

Lágrimas sinceras y agradecidas.


Regresó el padre,

un enjuto corambre,

muy muy mal comido,

vencido, pero no convencido.

Cultivará la legumbre,

y se pasará el hambre.


Lágrimas jubilosas.

Lágrimas de esperanza.


Larguíiiisimo el cuélebre,

humana mansedumbre,

bajo su yugo sometido,

el pueblo oprimido.

Años de servidumbre,

y existencia lúgubre.


Lágrimas grises.

Lágrimas angustiosas.

Lágrimas tristes.


Hermosura de orfebre,

cuerpo de mimbre,

para el amor querido,

será ella ejemplo vívido.

Calentado a la lumbre,

cuidará bien a "su" hombre.

 

Lágrimas gloriosas.

Lágrimas de alegría.


Excelente madre,

creará raigambre,

primogénito pedido,

Un ángel Miguel venido.

Bajo modesta techumbre,

familia de buena costumbre.


Lágrimas infantiles.

Lágrimas de felicidad.

Lágrimas de esperanza.


Esa malacostumbre,

de alejar al padre,

y a por salario crecido,

a Francia se hubo ido.

Con un trabajo insalubre,

durmió el pobre en mala "chambre".


Lágrimas de impotencia.
Lágrimas de soledad.
Lágrimas de rabia.

Rompió la costumbre,

y marchó tras su hombre,

ya roto y afligido,

a tiempo lo hubo traído.

A nueve meses de septiembre,

huyeron de aquel enjambre.


Lágrimas heroicas.

Lágrimas de esperanza.


Dolores, querida madre

ya llegó mi septiembre,

Renato nacido,

eternamente agradecido.

En nido de pobre,

sobre un pesebre.


Lágrimas agradecidas.


Su cola encontró el cuélebre,

y un veinte de noviembre,

a sí mismo se hubo comido,

y al infierno se hubo ido.

Abrigos de pelambre,

en la despensa matambre,


Lágrimas de alegría.


Sintióse el pueblo libre,

y brotó de su herrumbre,

sin voluntad elegido,

otro cuélebre arrepentido.  

Sacamos del azafrán el estambre,

y del televisor descerebre.


Lágrimas de ilusión.

Lágrimas de emoción.

Lágrimas de decepción.


Volvió la costumbre,

abandoné a la Madre,

vacío tu nido,

que tan bien me hubo acogido.

Trabajando como un hombre,

te mantuviste en la cumbre.


Lágrimas de amargura.

Lágrimas de nostalgia.


La lechuza "ténebre",

te anunció el descalabre,

de tu corazón de pena henchido,

dejándolo mal herido.

Años de lucha insalubre,

pulsaron del cielo el timbre.


Lágrimas de dolor.

Lágrimas de esperanza.


Pero un toro de gran calibre,

te esperaba en la cumbre,

y con su horrible mugido, 

asustó tu corazón afligido.

Quedaste tan miñambre,

como una muñeca rota e inmembre.


Lágrimas de rabia.

Lágrimas de impotencia.

Lágrimas de pena.


Once años sobre mimbre,

sin mover tu osambre,

ni pronunciar otro sonido,

que de tu sonrisa un silbido.

Años de sufrimiento sin nombre,

que no aguantó ningún hombre.


Lágrimas de vinagre.

Lágrimas de sangre.


Nada es para siempre,

y un agosto con fiebre,

dio fin a tu martirio consabido,

ya hace muchos años te has ido.

Desde un hermoso trono de orfebre,

de todos cuidas como de tu hombre.


Lágrimas de pena.

Lágrimas de consuelo.


Es tu gesta de renombre,

y tu recuerdo de relumbre,

que nadie igual ha conocido,

ni mujer tan fuerte existido.

Dichoso quien hoy descubre,

en el cielo nocturno tu lumbre.


Lágrimas de reconocimiento.

Lágrimas de admiración.

Lágrimas de agradecimiento.

Lágrimas de alegría.

Lágrimas de orgullo.


Phineas Theron (2 de diciembre de 2021)

Dedicado a mi madre, Dolores Turón, que después de una infancia marcada por la guerra, penurias sin un padre inocente pero exiliado; cuarenta años con el reloj social girando al revés; trabajo duro, doméstico y agrícola, aquí y en el extranjero; un sólo hombre en su vida; dos hijos varones muy bien criados y educados... Cuando le debía haber llegado lo mejor, sufrió una enfermedad que la postró en cama y en coma, durante once años. Hoy hubiera cumplido noventa años.

Una tragedia vaticinada por su nombre, Dolores.

Oración: Qué gran abuela se perdieron sus nietos y bisnietos. ¡¡Redios!!

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