Reflexiones. De la serie el Odio, el Amor; el Bien y el Mal: el Amor

 El Amor. Amar.

Estoy seguro que la primera vez que conjugué en primera persona el verbo amar fue cuando, siendo aún un niño, hice mío el primer mandamiento de la IC. Así es como algunos creen que se perpetúa un imperio, inculcando el amor al emperador desde la tierna infancia. Conmigo no lo consiguieron.

El Amor no se inculca, no se vende, ni se compra, no se adopta, se enseña, ni contagia. El amor es un Estado de Gracia, inalcanzable a no ser que él nos alcance, y siempre lo hace de cara, es decir: viene a nosotros, y lo hace desde otra persona; a veces, sólo a veces, de forma recíproca, y entonces la Gracia es Apoteósica.

A mí me ha alcanzando en tres ocasiones: 

La primera fue el Amor a la Vida, que se unió a mí para siempre en cuanto vi la luz del día brillando en los ojos de mi madre. 

La segunda, apoteósica, el Amor Carnal, que me hizo padre y esposo, por ese orden; y aquí está todavía creciendo entre nosotros dos, cuatro; bueno ahora, con Valentina, cinco... 

La tercera; la tercera fue el Amor Espiritual, ésta es más compleja de explicar. Voy a intentarlo.

A veces, el Amor nos llega de más allá de la Madre y la Familia, y completa plenamente nuestra existencia. Esto ocurre cuando se nos revela la Divinidad, y entonces la Gracia es Plena. No sé a los demás, pero a mí me ha ocurrido. No caigamos en el error de compararlo con lo que he explicado en mi primer párrafo; la diferencia está en la intención auténtica y privativa, nada de emperadores, señores, súbditos, ni siervos; ahora se trata de Devoción a la Divinidad, sin importar si ésta es sólo Mítica. Por alguna razón que desconozco la Divinidad nos permite percibirla para nuestro gozo, del modo que más nos interesa, en mi caso a través de la Belleza Natural.

Más allá de la atracción, o la pulsión sexual, siempre he adorado la Belleza, no la perfección artificial, la BELLEZA NATURAL; con mayúsculas. He visto y conocido a muchas personas bellas, pero me interesa sobre todo la belleza femenina. Supongo que es a condición de mi género. 

¡Atención! En general la Belleza Natural no es un logro de quien la posee; sí tratar de alcanzarla, mejorarla y perpetuarla. 

Yo pienso, no todo el tiempo, que detrás de la Belleza Natural puede estar lo Sobrenatural. Un ejemplo: obviamente yo no conocí a Norma Jeane Mortenson, sin embargo desde que casualmente me interesé por su biografía comprendí que tras la belleza de Marilyn Monroe (han habido muchas mujeres más bellas y perfectas) había algo que la hacía excepcional, "divina". Véase en mi Blog el artículo: 'Arte, Belleza y Divinidad'.

Cuando la Divinidad femenina desea revelarse a quienes adoramos la Belleza femenina, lo hace a través de determinadas mujeres extraordinariamente bellas, por fuera y especialmente por dentro, que suscitan en nosotros un Amor Espiritual. Es una experiencia que te alcanza inesperadamente, de la que no se debe esper nada a cambio, ni suele recibirse, pero que de algún modo completa el sentido de tu existencia al ponerla en contacto con lo Sobrenatural.

P.D.: A otros les pasa con fantasmas y apariciones marianas.


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