ANARQUIA. ¡Levántate hija mía! !Que viene la guerra!
- Levántate hija mía, que tienes que ir a la guerra.
- ¿Qué guerra, padre?
- La guerra por la Libertad.
- ¿Libertad? ¿Qué libertad, madre?
- La del Pueblo.
- Vosotros sois mi Pueblo. ¿No sois libres?
- Sí, pero, ¿y si vienen y se lo llevan todo?
- Antes vendrá el invierno, y nos arrebatará la Vida, si no llenamos el granero.
- Pero, ¿y los demás?
- Los demás ya llenaron su despensa, vendiendo su libertad.
- Vendrá la guerra, y les robará todo.
- Pues que hagan como nosotros, y que esperen preparados a que venga.
- ¿Y si todos hicieran lo mismo?
- La guerra la trae el Hombre. Si todos hacemos lo mismo, la guerra no vendrá.
- Y ahora dejadme dormir hasta el alba, para que pueda peinar recta la tierra, que mañana nos dará de comer, y que algún día nos acogerá. Regada con nuestra sangre será nuestra por toda la Eternidad.
"Levántate hija mía, que viene la guerra" es lo que le dijo mi abuelo José a mi madre en la madrugada del 12 de marzo de 1937. Se fueron, pero no la guerra, sino a una maltrecho corral de ganado abandonado, cerca de sus tierras, donde permanecieron subsistiendo sobre todo de la caza durante casi tres años, hasta que él se exilió a Francia. Casi, pero no murió en Argelès-Sur-Mer. Volvió a España, cumplió condena de trabajos forzados en Ampuries. Su crimen: haber sido anarquista colectivista antes de la contienda.
Y sí, mi madre araba la tierra con una mula que se llamaba Sara, a la que salvó la vida (ver aquí), pues mi madre Dolores, que fue "media" tenía un "don": curar a los animales por simple contacto o imposición.
Dedicado a los que murieron convencidos de que daban su vida por la Libertad.
Phineas Theron
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