¡¡Gracias Madre Tierra!!

Ayer cumplí 57 años.

Mi existencia es cada día más intensa y excitante, no dejo de adquirir experiencias sorprendentes, últimamente incluso sobrenaturales. 

Recientemente visitamos el Templo de Iguacel. Conocía, reconozco que con escepticismo, su fama de antena emisora de energía telúrica, quizá no tanto como mi complejo por no reconocerme con la estatura deseada; pero lo que no me esperaba era que lo primero pudiera actuar sobre lo segundo, y que una fuerza de origen no explicado me concediera el favor de experimentar la sensación de ser más alto, y que ésta pudiera perdurar en el tiempo. 

Ocurrió el prodigio mientras nuestro hijo nos tomaba una fotografía con un "samart-phone" posando bajo el pórtico de la puerta cerrada del Templo. Enseguida corrimos a ver el resultado, pues nos encontrábamos muy a gusto y deseábamos ver cómo habíamos salido; y... ¡Oh, sorpresa! en la foto salimos muy bien, rejuvenecidos, y ¡más altos! Una "aberración" imposible para una toma digital sin filtros. En definitiva, a mi esposa, exenta de complejos, le basta con nuestro buen aspecto, pero para mí, quizá por primera vez en mi vida, me veo representado tal y como me gustaría ser; es decir: "algo" hizo que se cumpliera mi deseo perenne, y no formulado, aunque fuera por un instante, pero quedando reflejado para siempre. A partir de ahora, cuando me vea "empequeñecido" por alguno de los avatares que siempre nos salen al paso, echaré mano de esa foto y mi ego tomará fuerzas.

Este año hemos visitado cinco centros similares y bien próximos entre sí. Dicen que relacionados geológica, geográfica, geométricamente, ... :Orante, Sasabe,  Iguacel, Roda, Yebra y Siresa. Sin pedirlo, ni tomarlo, de los tres nos hemos llevado algo que no teníamos antes, y que nos hace mejores, más felices, y más fuertes.

¡¡Gracias Madre Tierra!!

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