Rumbo a Eea. 2 Ítaca se aleja.

Nacía la tarde con su oscura penumbra creciendo a proa. A fin de arrepentirme a tiempo, había prometido mirar atrás mientras viera alejarse la costa de mi querida Ítaca. El Sol, devorado lentamente por los montes, fue perdiendo la costa mientras ésta comenzaba a desdibujarse mecida por la bruma; entonces, hileras de docenas de lucecitas tintileantes brotaron una a una, recordándome dónde abandonaba cuanto poseía. Con la confianza puesta en que no lo perdería para siempre, seguí retrocediendo hacia mi futuro imperfecto: mar, y mar adentro, hasta sepultarme en la negrura, cuando las linternas de mi pasado fueron apagándose, una a una, ahogadas por las olas que avanzaban desde mi espalda abriendo paso a la barca.

Ha sido una noche en vela y sin estrellas. Un dulce viento de poniente, cómplice de mi locura, me ha acompañado guiándome hasta el alba, momento en que ha parado y,  tras plegar la vela, me ha permitido conciliar un sueño breve.

Al despertar, con los farallones de Oxia erguidos a babor y el viento compañero recién levantado, he descubierto que tenía un polizón posado sobre la vela plegada en la botavara; algo insólito, pues no era ave marítima alguna, sino un águila real. Nos hemos observado mutuamente durante unos minutos, mas, no me ha dejado augurio alguno que me indujera a pensar que hiciera mal, o bien. No era a mí a quien quería prevenir, sino hacerme sabedor de la suerte que otros correrán a pesar de mi, visitándome en el lugar exacto donde tendrá lugar, o quién sabe si ya lo habrá tenido, la Batalla de Lepanto.

En un momento de ensoñación bélica, ha extendido sus alas y, remontando el vuelo sobre mi cabeza, ha tomado rumbo a su atalaya. 

¡Adiós, águila negra, adiós! Me dejas con el golpeteo del mar sobre el casco como único compañero de viaje.

Entradas populares de este blog

La Llama Eterna: Relato XVI –La Bendición Gitana–

ANARQUIA. Mensaje para los nacionalismos hegemónicos y colonizadores

POLVO DE ESTRELLA ROJA CON EL CORAZÓN BLANCO