GAME OVER
La doctora Nako no había pegado ojo; su emoción seguía
superando a su cansancio. Justo cuando el frescor de la mañana le inducía el
sueño, sonó su celular. Era Mizelede, el internista de guardia. El tono de su
voz no estaba impregnado con la alegría del día anterior cuando, tras cinco años
de pruebas, miles de millones de personas fallecidas, el "primer mundo" diezmado, dieron por buena la última vacuna
contra el COVID-19. La única realmente eficaz.
- Buenos días Tumaini. ¿Puedes venir al hospital? -le había solicitado con preocupación.
- ¿Qué ocurre? No me digas que tenemos un positivo.
- No, no es eso.
- ¿Entonces?
- No soy capaz de explicártelo por teléfono. Tienes
que verlo.
- Pero… la rueda de prensa es a las doce.
- Es preciso que veas esto antes. Te esperarán.
- Está bien. Voy.
Se aseó rápida, abandonó la habitación del hotel Kivu Serena
de Gisenyi, y se puso rumbo al hospital de Butembo. Dos horas después entraba
por la puerta del laboratorio.
- ¿Qué pasa?
- Mira esto –le pidió Mizelede, mostrándole la
pantalla del microscopio.
- ¿Qué broma es ésta? –exclamó Tumaini enfadada.
- No es broma. -repuso Mizelede muy serio.
En la pantalla, conformado por los cuerpos de millones de "corona-virus" activos agrupados, podía leerse: GAME OVER. WE WIN.
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