Para Valentina
Campos de trigo, bajo la luz
matutina,
pintan de verde, del campo el
albero,
trinos de jilguero, desde la
cruz de la encina.
Cantan al verte, otro febrero,
coros de niñas, de la escuela
vecina,
gritan fuerte, con júbilo
altanero.
Colorean el norte, del cielo
mañanero:
polvo de hadas, estelas de
purpurina,
magenta, ciano, y amarillo
platanero.
Son las alas de Arcolán, el
unicornio aventurero,
que trae volando, a Eva y Corina,
se cuidará de rozarte, con cauteloso
esmero.
Vienen de aparte, con Sirio en
derrotero,
son tus amigas, frescor de
mandarina,
llegarán andalán, en tan veloz
crucero.
Van a traerte, con amor
verdadero,
porque tú eres quien dona, Sabiduría
Divina,
flores de Marte, para llenar un
granero.
Valentía en tu frente, de fierro
y acero,
clemencia repartes, sin lugar a
inquina,
por lo que vienen a verte, con
cariño sincero.
Ya que tú eres gran parte, del
Cosmos entero,
la que acierta, y yerra, pero
siempre atina,
y la que a todos reparte,
consejo certero.
Diez veces veinte, alumbrará el
lucero,
que serán muchas más, y con la
misma Reina,
de aquí en seis días, al Nubio en
febrero.
Y se cubrirán los montes, de
abundante nevero,
sombreará el Oroel, la senda
jacobina,
y se vestirán los manzanos, de
elegante florero.
Campos de trigo, bajo la luz
matutina,
pintan de verde, del campo el
albero.
trinos de jilguero, desde la
cruz de la encina,
cantan
para ti, mi dulce nieta y querida, Valentina.
Phineas
Theron
(14 de febrero de 2119)
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