El Vagabundo IV. "El Rey de Rotonda"
... El tiempo ha dado la razón a Israel. Mientras miles de aves migratorias se resistían a abandonar nuestras latitudes, muchos humanos parecían convencidos de que esta vez el verano no acabaría nunca, algunos auguraban un devenir de los días cada vez más exento del acostumbrado y necesario cambio estacional, unos pocos creían escuchar en el viento solar el sonido de las trompetas del Apocalipsis y nosotros seguíamos escandalizados con la extraña costumbre del vagabundo que nunca se desprendía de su gorro, su jersey de lana y sus pantalones de pana; el otoño, con su gélido soplo de sombría tristeza y sus atardeceres madrugadores, al fin ha llegado; y reconozco que a más de uno nos ha alcanzado por sorpresa con menos ropa de la necesaria; puesta, claro está. Como podréis deducir de mis palabras, Israel no ha regresado a su casa. La expresión de alegría y la sincera inquietud que manifestó cuando, tras dejar de vernos durante varias semanas, nos dijo: "-- Hoola, amiigos,