Si la Guerra se acerca a ti, NO SALGAS A SU ENCUENTRO, PERMANECE EN TU CASA, pero: - Mantén cerrada, aunque sin llave, la puerta de tu casa. - Mantén descorridas persianas y cortinas, que te vea, no tienes nada que ocultarle, no podrás. - Si puedes, mantén las ventanas abiertas, la guerra nunca entra por la ventana, siempre llama a la puerta, incluso hasta tres veces. MIENTRAS TANTO, PREPÁRATE: DESNUDA TOTALMENTE TU ALMA, Y TU CUERPO. - SI INSISTE; ábrele la puerta y muéstrate ante ella tal como eres. NADA OFRECE MÁS TEMOR A UNA FIERA QUE UNA PERSONA DESNUDA Y SIN TEMOR EN SUS OJOS. - Excepto PAN y AGUA, NIÉGALE TODO LO QUE TE PIDA. - Si satisfecha, finalmente se va, da gracias que pasó, y no creas que no volverá, seguramente lo hará, quizá uniformada de otra manera. - Si no está satisfecha y te pide más, PREPARATE A LUCHAR, QUIZÁ HASTA MORIR, pues la decisión de matarte, la Guerra ya la había tomado incluso antes de que le abrieras la puerta.