Memorias de Metrópolis --La Memoria--
Dicen los científicos que los seres humanos apenas utilizamos una parte mínima de la capacidad de nuestro cerebro. Para mí esto puede ser un contrasentido. Lo esperado sería que nuestra capacidad intelectual fuera acomodándose a nuestras necesidades evolutivas. ¿Por qué habría de confiarnos la Naturaleza propiedades cognitivas que no aprovechamos, corriendo el riesgo de perderlas definitivamente en nuestra deriva evolutiva? Vamos a fijarnos por ejemplo en la Memoria. Cierto que unos tienen más que otros; pero, en general, ejercitándola, como un atleta ejercita sus músculos, podemos aumentarla, pero ¿Dónde está el límite? Según los teóricos de nuestro super-cerebro, no hay límite o estamos muy lejos de alcanzarlo. Si echamos un vistazo hacia atrás, hasta la llegada de la Sociedad Industrial, el ejercicio de la memoria se ceñía al entorno familiar, al aprendizaje de doctrinas más o menos complejas, refranes e historiografía oral con una profundidad que no superaría los cien años. A