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Mostrando entradas de febrero, 2025

ANARQUIA. Olvido y Perdón

 No sé los demás anarkjud: YO OLVIDO, PERO NO PERDONO. Si alguien me hace una afrenta que provoca mi pérdida de confianza, amistad, amor, admiración..., no la recuperará; y si quiere saber porqué, que lo recuerde él, yo no me molestaré ni en eso.

ANARQUIA. Comprobad y custodiad vuestra Humanidad

 A partir de ahora, con esto del trans-humanismo también en su versión inducida por neuro-modulación, tenéis que estar muy atentos, comprobando que todavía seguís siendo humanos. Es muy fácil: SI OS MOLESTA QUE ALGUIEN OS QUIERA "PONER LAS PILAS", O METER "LIQUIDO DE BATERÍA" EN LAS VENAS, ES QUE AÚN SOIS HUMANOS. Y, si alguien os dice: "venga, ponte las pilas", o, "métete esto en las venas", mandadlo a la mierda con tanta elegancia como vuestra humanidad natural os permita.

A ti, Marta

 Ayer, a ti. Hoy a ti. Mañana, a ti; y después... Después, a ti. Siempre a ti. Te AMO.

ANARQUIA. Europa, territorio Anarkjud

SE BUSCA CON URGENCIA congéneres despiertos que no estén dispuestos a claudicar ante la tiranía de los lobby sionistas, que reconozcan como hermanos de sangre todos los pueblos que puedan recorrer sin dejar de pisar la tierra con los pies: de Tarifa a Vladivostok, y de Hammerfest a Mardin. Si sientes que tus Gobiernos no sólo no te representan, si no que te parasitan a ti, a tu Estado, y a cuanto  en él se encuentra.  Si no necesitas más leyes que las que te dicta tu Conciencia, y reconocerías una Carta Magna Común Europea que te las contemplara todas. Si no te importaría que tu Estado estuviera definido, sólo y exclusivamente, por una Carta Magna Común Europea, y sus límites por la cuenca hidrográfica donde naciste. Si te da igual tu Nación, o la mía. Si no te importa que yo no sepa tu género, ni tu el mío; yo tu nombre, ni tú el mío. Si piensas que tu cuerpo es un Templo, y el mío otro, y que juntos pueden ser una Basílica. Si piensas que todos, excepto el Estado, ...

ANARQUIA. La razón

Nunca le doy la razón a nadie, y me parece inteligente, pues me hace feliz, y no le perjudico; es decir: si no tiene la razón dársela sería un insulto hacia él, y si la tiene, no precisa que se la dé.