La Llama Eterna: Relato III -La última rosa del verano-
Fuente: RNE Sinfonía de la Mañana (Martin Llade) Nunca hubiera podido sospechar la soprano Therese Tietjens, que su mayor triunfo en escena lo tendría en Dublin, cantando una canción que no era habitual en su repertorio. Acababa de interpretar, de forma absolutamente magistral, el aria “Océano, tú poderoso monstruo” de Oberon de Weber, cuando el público irlandés alcanzó el deliro. Fueron tantos los bravos, los taconeos, y las palmas enrojecidas, que decidió obsequiarles; hizo parar a la orquesta, y anunció que iba a cantar la hermosa melodía irlandesa: “La última rosa del verano”. ¾ No tenemos esa partitura para orquesta –se encogió de hombros el Director Bettini. Alguien propuso traer un piano, y, dicho y hecho, pronto se vio a Bettini empujándolo por el pasillo del patio de butacas, asistido por dos tramoyistas. ¾ Vosotros –señaló la Soprano a varios de los figurantes de Oberon, que ahora contemplaban el espectáculo, fumando y bebiendo whisky de sus petacas