Otón.

Es mucho más justo morir uno por todos que todos por uno. Hace unos días, comiendo con un buen amigo, común a muchos de nosotros, (si quiere que se manifieste :) ), me comentó un hecho histórico que yo desconocía; no porque ese día no asistiera a clase de historia, si no porque carezco de la formación histórica necesaria. 

Se trataba del efímero (tres meses) emperador romano, Otón; que tiene a gala haber sido protagonista de un hecho apenas emulado (acaso por uno de Santiago de Chile y por otro de Belén, aunque de éste no lo tengo muy claro). Otón sacrificó su vida para evitar la muerte de muchos en una batalla iniciada por él mismo y que no necesariamente daba por perdida. 

Llevo dos semanas dándole vueltas a la gesta de éste romano, y me pregunto si, por el bien de ya no de muchos si no de casi todos, no es el momento de que alguno(s) de los que nos han llevado a este debacle socio-económico se sacrifique, dejando de la voluntad o de la conciencia de otros, la decisión de acompañarles a la pira. 

¡Qué tiempos aquellos de los romanos!

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Llama Eterna: Relato XVI –La Bendición Gitana–

ANARQUIA. Mensaje para los nacionalismos hegemónicos y colonizadores

POLVO DE ESTRELLA ROJA CON EL CORAZÓN BLANCO